domingo, 3 de mayo de 2009

Putos domingos

El domingo es ese día maldito de la semana que lo único positivo que puede aportar es una resaca leve , sin demasiado dolor de cabeza y que te permita acordarte de al menos la mayor parte de lo sucedido la noche anterior, dado que el resto del día consiste en estar en casa sin hacer nada, planteandose que esta haciendo con su vida y pometiendose falsas esperanzas y cambios que nunca se llevaran a cabo. Lo cierto es que se acaba deseando que llegué el lunés para empezar con dichos grandes proyectos , porque claro un domingo no se va a empezar , es domingo, día de descanso oficial, no esta bien ir contra eso.



Y llega el lunés , suena el despertador y lo odias porque te has pasado la noche en vela pensando en sueños imposibles , en errores del pasado ,en ilusiones frustradas,preguntandote como sería tu vida , si aquella pelea nunca habría existido, si te habrías atrevido a dar aquel paso que debiste dar . El día empieza mal, al sentirte mal sin darte cuenta te refugias en la rutina, entonces el reloj empieza a correr y sin saber muy bien cómo ya es martés, ya es miercoles, ya es jueves....se ha pasado la semana , una semana igual que la anterior , identica a la que viene, y la próxima.



Y así pasa la vida , hasta que un día , algo cambia , algo lo hace diferente , algo te hace sentir que la vida es algo más que la rutina y salir de fiesta por cumplir, algo te vuelve a hacer sentir que estas vivo,una canción , algo que lees, un cruce de miradas con un desconocido, una sonrisa.... te sientes vivo por un momento,y puedes vivir un tiempo más o menos largo fuera de la tristeza o de la melancolía.


Hasta que llega otro maldito domingo que te hace recordar todos los errores del pasado, todo lo que no te sale bien , todo lo que odias de ti mismo o simplemente te hace pensar que todo sería mejor si esa persona estaría ahí para susurrarte al oído que no todo es tan horrible y recordarte que no puedes hundirte porque sencillamente esta contigo.


Supongo que ese es el problema de todos los bohemios del nuevo siglo, que seguimos siendo unos tontos románticones y soñadores que se deprimen los domingos, nunca creecermos lo suficiente como para no hacerlo.